La menopausia es el fin de los ciclos menstruales, y por tanto la extinción de la menstruación. Para que se considere que la mujer se encuentra en la menopausia, debe pasar 12 meses sin la menstruación. Esto normalmente, se da entre las mujeres de 40 y 50 años.
La menopausia se da porque el ovario deja de producir óvulos, por lo que disminuye la producción de las hormonas sexuales: el estrógeno, la progesterona y la testosterona. Sin embargo, hay otras causas que pueden dar la menopausia, y que pueden afectar a mujeres más jóvenes: la histerectomía (extirpación del útero), la ooforectomía (extirpación de los dos ovarios), la quimioterapia, causas genéticas, infecciones víricas, entre otras.
Cuando la mujer llega a la menopausia, no sólo deja de tener la menstruación, sino también la ovulación, lo que implica que deja de ser fértil. Y ésta, puede ser una de las pérdidas más duras que deben afrontar algunas mujeres, es decir, en la imposibilidad definitiva de ser madre de forma natural. En los casos de mujeres con menopausia precoz (antes de los 50 años), existe la posibilidad de la reproducción asistida, pero en las mujeres mayores de 50 años, no se acostumbra a realizar este procedimiento.
Por eso, las mujeres que tenían el deseo de ser madres y han llegado a la menopausia, tienen que afrontar un duelo. Por tanto, es normal que la mujer sienta tristeza, ansiedad, culpabilidad, e incluso, que haya discusiones de pareja. Este tipo de duelo es un duelo invisibilizado, por lo que lo hace aún más difícil de gestionar. El primer paso es aceptar el no poder ser madre; no negarlo y darse tiempo; y que no hay ninguna persona culpable. Igualmente, si estás afrontando este tipo de duelo y no sabes cómo gestionarlo o te está causando malestar, es recomendable que consultes con un profesional de la psicología.
En cuanto a los cambios experimentados a raíz de la menopausia, debemos tener en cuenta que el cuerpo de cada mujer es único, y que de una mujer a otra tendrán diferentes síntomas y en distinta intensidad.
Teniendo en cuenta esto, la disminución de la hormona del estrógeno provoca los sofocos, la sequedad vaginal, cambios en el endometrio, envejecimiento de la piel por la disminución de colágeno, las alteraciones en la respuesta sexual, incontinencia y afecciones urinarias, problemas de concentración, pérdida de masa ósea, etc.
Por otra parte, la carencia de progesterona causa cambios y dolores mamarios, irritabilidad, cambios de humor, insomnio, aumento de la retención de líquidos, aumento de peso que se acumula en el abdomen y en las caderas, etc.
Por otro lado, la hormona que no se nombra, pero que también disminuye y afecta a las mujeres en la menopausia, es la testosterona. Esto influye en una reducción del deseo sexual, de la autoestima y de la fuerza muscular.
Con todo ello, se aprecia que esta bajada brusca en las hormonas causa cambios físicos y psicológicos. Uno de estos últimos es que el concepto de menopausia se ha vinculado con la vejez, lo que hace entrar en conflicto a las mujeres que entran en esta nueva etapa. Así, el autoconcepto de una misma puede variar, definiéndose como vieja, por lo que puede repercutir en la autoconfianza. Además, el hecho de que haya cambios físicos, tampoco es fácil de procesar, ya que las mujeres han sido criadas para que la imagen sea una parte definitoria importante de una misma, por lo que también se verá afectada la autoestima, a la vez que es común percibirse menos atractiva.
De lo contrario, muchas veces todo es cuestión de perspectiva, las mujeres pueden estar casi la mitad de la vida en la menopausia, por tanto, es relevante reconciliarse y trabajarse para estar en paz con una misma. Y esta visión no es tan desbaratada y lejana de la realidad, puesto que en algunos estudios realizados en mujeres premenopáusicas y menopáusicas, se percibe que contra más tiempo se lleve dentro de esta etapa, más positivas son las mujeres. Así pues, los adjetivos más usados entre éstas eran “tranquilidad” y “madurez”.
Por tanto, es comprensible pasar por un proceso de duelo, y como tal, es normal sentir rabia, tristeza, incomprensión, injusticia, entre otras emociones. Pero es importante, tratarse bien, cómo lo harías con tu mejor amiga.
Así pues, no te hables de forma cruel, sigues siendo atractiva, pero de manera diferente, es imposible seguir los cánones establecidos por chicas adolescentes o jóvenes; no te insultes, como no lo harías con tu amiga. También, esto significa que sumas experiencias y conocimientos nuevos, lo que significa que eres más sabia. Al mismo tiempo, si has sido madre, seguramente ya tienes realizada la crianza o incluso estás sola o sólo la pareja, lo que significa que puedes “volver a vivir” la libertad de la juventud, pero con la ventaja de ser más sensata. Asimismo, a la hora de tu sexualidad, tienes más factores positivos: tienes más probabilidades de tener casa sola, te conoces más que antes, y si temías un embarazo no deseado, te sentirás más tranquila y liberada teniendo relaciones sexuales. Y encima, si tienes una pareja estable, puedes dejar de usar métodos anticonceptivos, por lo que puedes disfrutar del sexo de forma diferente y libre.
Con todo esto, para terminar, para que la menopausia no limite tu vida, queremos darte algunos consejos; pero que no son exclusivos para mujeres premenopáusicas o menopáusicas; sino que cuando antes utilices, más se beneficiará tu salud, a la vez que tu paso durante la menopausia será más ligero:
– Usar hidratantes vaginales, ya que usándolos con regularidad mejoran la sequedad y pH de la vagina. En la misma línea, a la hora de las relaciones sexuales, la sequedad y la bajada de libido pueden hacerte evitar el sexo, pero queremos aconsejarte todo lo contrario: utilizar lubricantes, que te permitirán disfrutar más del sexo, evitando molestias y sangrados.
– No fumar, debido a que fumar se relaciona con la atrofia vaginal, lo que quiere decir, que los tejidos de la vagina adelgazan, secan e inflaman, porque el tabaco es un vasoconstrictor.
– Hacer ejercicio físico, dado que aumenta la producción de dopamina, noradrenalina y serotonina, que son hormonas que te harán sentir feliz y realizada, y que te permitirán tener un mejor sueño. También se secreta endorfinas, hormonas con efectos ansiolíticos y analgésicos; y al mismo tiempo, reduce la secreción de cortisol, la hormona del estrés. Asimismo, el ejercicio será positivo para controlar el peso, para prevenir la osteoporosis (disminución de la densidad de los huesos) y aumentar la capacidad pulmonar, cardiovascular y muscular. Y por último, te percibirás más atractiva, por lo que ganarás autoestima y autoconfianza.
– Tener actividad sexual en pareja o en solitario, puesto que la excitación aumenta el flujo sanguíneo vaginal, mejorando la elasticidad y la lubricación, lo que nos permitirá alejarnos de la atrofia vaginal. Por eso mismo, aunque te sientas con menos ganas, no quieras evitar el sexo, sino que disfrútalo y continuado descubriendo, que además del placer, ¡también ganarás salud!
Por último, recuerda que si consideras que tus síntomas perjudican tu calidad de vida, deberías consultar con tu equipo médico de referencia, profesional de la psicología y/o sexología, ya que estar en la menopausia es una etapa vital normal, pero, sin embargo, no es justificable que tengas que estar sufriendo.
Anto Cantacorps Campos
Equipo de sexologia clínica y Salud hormonal Centre Psico Lleida