El síndrome del príncipe destronado: cómo ayudar al hijo mayor cuando llega un nuevo bebé

La llegada de un nuevo miembro a la familia es un momento lleno de alegría, pero también puede provocar desequilibrios emocionales, especialmente en el hijo o hija mayor. De repente, ese lugar central que ocupaba en la atención de los padres cambia, y puede sentirse desplazado, olvidado o incluso rechazado.

Este fenómeno se conoce como el síndrome del príncipe o princesa destronado, un concepto introducido por el psicólogo austríaco Alfred Adler, que, aunque no es un diagnóstico clínico, refleja una realidad emocional muy frecuente en las familias con más de un niño o niña.

¿Qué es el síndrome del príncipe destronado?

Se trata de las reacciones emocionales y conductuales que pueden aparecer cuando un niño deja de ser hijo único o el más pequeño de la casa. Este cambio puede tambalear su seguridad emocional, al percibir que ha perdido el protagonismo y el afecto exclusivo que recibía.

No se trata de un “capricho”, sino de una crisis de adaptación emocional en un momento vital muy sensible. El niño no tiene todavía las herramientas para entender lo que le pasa ni para gestionarlo emocionalmente.

Síntomas habituales del síndrome del príncipe destronado

Algunas de las manifestaciones más comunes son:

  • Conductas regresivas: volver a mojar la cama, pedir el chupete, hablar como un bebé o querer que le den de comer.
  • Búsqueda constante de atención: llantos, rabietas, peleas o desobediencia.
  • Celos hacia el bebé o hacia uno de los progenitores.
  • Tristeza, irritabilidad o retraimiento emocional.
  • Comentarios como: “Ya no me quieres”, “Sólo cuidas al bebé”, etc.

Estas reacciones suelen ser temporales y no indican un trastorno. Son una manera de pedir ayuda y reafirmar su lugar en la familia.

¿Cómo entender su malestar?

Como explica Cristina Vidal, directora del Centre PsiCo Lleida, en una entrevista reciente publicada en El País:

“El primer hijo puede sentir que ha perdido su lugar, y eso puede hacer aflorar inseguridades, miedos y comportamientos que buscan recuperar la atención perdida.”

Es importante entender que para un niño pequeño, la pérdida de exclusividad emocional puede vivirse como un duelo. Eso no significa que no quiera a su hermano o hermana, sino que necesita tiempo y acompañamiento para recolocarse emocionalmente.

“El amor no se divide cuando llega un bebé, sino que se multiplica”, añade Vidal. Pero hay que demostrarlo con hechos cotidianos.

¿Qué podemos hacer en casa para prevenir o acompañar esta etapa?

Estas estrategias pueden marcar una gran diferencia:

Antes del nacimiento
  • Hablar del bebé con naturalidad, sin idealizarlo.
  • Involucrar al hijo mayor: elegir ropa, preparar la habitación, pensar nombres…
  • Explicarle que es normal sentir cosas diferentes al mismo tiempo.
Durante la adaptación
  • Validar sus emociones: decir “entiendo que estés triste” o “es normal sentir celos”.
  • Evitar frases como “ahora eres el mayor” si se usan para presionar.
  • Crear momentos exclusivos: aunque sean breves, que se sienta visto y querido.
  • No imponerle que ayude con el bebé: puede generar rechazo.
  • Recordarle momentos donde se sintió querido, per tal de reforzar que ese amor sigue presente.

Preguntas frecuentes de familias

¿Es normal que el hijo mayor rechace al bebé?
Sí. Puede querer ignorarlo, molestarse cuando llora o evitar acercarse. No hay que forzar el vínculo: debe surgir de forma natural, y mientras tanto hay que acompañar sus emociones.

¿Y si dice que quiere que el bebé vuelva a la tripa?
Es una expresión simbólica. No significa que odie al bebé, sino que echa de menos cómo era todo antes. Validar la tristeza es mejor que corregirla.

¿Puede tener celos hacia mí?
Sí, sobre todo si eres quien más cuida al recién nacido. Por eso es clave tener momentos a solas con él o ella, decirle que le quieres y recordarle su valor único.

¿Este síndrome solo afecta a los más pequeños?
No necesariamente. En niños más mayores puede haber celos, irritabilidad, cambios en el rendimiento escolar o ironía. El malestar puede aparecer igual, pero de otras formas.

¿Cuándo conviene buscar ayuda profesional?

Si el malestar se alarga en el tiempo, interfiere en el funcionamiento cotidiano o genera conflictos familiares intensos, consultar a un psicólogo infantil puede ser muy útil.

En Centre PsiCo Lleida ofrecemos apoyo a familias que viven este tipo de transiciones. Nuestro equipo puede ayudaros a interpretar y comprender mejor el comportamiento del hijo o hija mayor, ofrecer herramientas para gestionarlo con serenidad y reforzar el vínculo familiar.

Puedes leer el artículo completo aquí:

“Cómo lidiar con el síndrome del príncipe destronado” – El País

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